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Las Farmacias rurales subvencionadas para poder sobrevivir

2023-02-06 10:49:23

Muchas farmacias tienen serios problemas todos los meses. No consiguen facturar lo suficiente para poder hacer frente a todos los gastos que generan. Por eso la mayoría reciben subvenciones del Gobierno para poder hacer frente a estos obstáculos. Estas farmacias no solo cumplen con su labor farmacéutica. La gran mayoría ejercen como consejeros de los pacientes que acuden todos los días a sus establecimientos solicitando ayuda.

Este es el caso de farmacias como la de Montse Rodríguez, en el pueblo de Canencia en Madrid. Según ha confirmado, en una entrevista para RTVE, todos los días recibe llamadas o consultas de los vecinos más mayores. Canencia cuenta con 400 habitantes de los cuáles el 80% son mayores. Mariano Montero tiene 88 años y acude con frecuencia a la farmacia para consultar cualquier problema de salud. La boticaria, Montse Rodríguez, es vecina del pueblo y detecta cuándo algo no va bien: “se lo digo al médico, a la enfermera o a los familiares”.

Para los más mayores es una garantía tener la farmacia abierta. Ellos prefieren comentarle sus problemas a la farmacéutica: “Me llaman ante ciertos problemas de urgencia aunque esté cerrada la farmacia”, afirma Montse Rodríguez en una entrevista a RTVE.

Sin embargo, Canencia no es el único pueblo con estos problemas. En el Valle de Anaga, en Tenerife, muchas de las personas que aún viven ahí en caseríos se encuentran aisladas. La farmacia del pueblo actúa como un factor fundamental para combatir problemas como la desinformación o la soledad. Muchos de los pacientes desconocen para qué sirven los medicamentos que tienen que tomar: “de media tienen once medicamentos por paciente”, explica Virginia Dorca, en una entrevista en RTVE. Según Virginia hay en ocasiones que desconocen qué medicación deben tomar a cada hora. Por esta razón su farmacia les prepara los medicamentos en cajetillas horarias semanales, para evitar cualquier despiste. 

Otra de las grandes labores que realizan es la entrega de medicamentos a domicilio. De esta forma evitan que personas con movilidad reducida tengan que desplazarse hasta la farmacia para recoger su medicación. Además, les llaman diariamente para preocuparse por su salud y calmar la soledad. Muchas veces con una llamada están siendo más eficaces que muchos medicamentos. Farmacias rurales como estas sobreviven año tras año gracias a las subvenciones que reciben por parte del Estado. Estas farmacias demuestran día a día ser necesarias para muchas personas de diferentes partes del país.

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